“Muchos son los esfuerzos que desde las Naciones Unidas se han emprendido para fortalecer la cooperación y acción conjunta, que permitan prevenir y contrarrestar las prácticas ilegales en el mercado de armas pequeñas y ligeras, así como sus terribles consecuencias. Sin embargo, nuestros esfuerzos han sido, debemos reconocerlo, insuficientes”, aseguró el secretario de Relaciones Exteriores ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Y aseveró: “El tráfico de armas es un fenómeno global que afecta gravemente y en múltiples dimensiones a la población civil: destruye el tejido social, propicia la violencia, en especial contra grupos vulnerables. Genera desplazamientos y flujos irregulares de personas que desean escapar de contextos de inseguridad”.