El martes 12 de enero, en su conferencia de prensa en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador argumentó que la estrategia que emprende su gobierno, no se apoyó ni coordinó con los gobernadores “porque es una estrategia nacional muy importante, es la salud del pueblo y tenemos que cuidar que no se utilice la vacuna con propósitos electorales, que no haya politiquería precisamente por eso se está manejando desde la federación”.
Y agregó: “No sólo porque nos corresponde legalmente, sino porque consideramos tener la confianza del pueblo de México para llevar a cabo nosotros esta acción”.
Sin embargo, el jueves 21 de enero, el gobernador de Yucatán, en su calidad de presidente de la Comisión de Salud de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Mauricio Vila Dosal insistió en la imperiosa necesidad de que los gobiernos estatales pudiesen adquirir lotes de vacuna con el fin de evitar más muertes por Covid-19 en el país.
Pero la noche del mismo jueves, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell eliminó esa posibilidad argumentando que sería “un desorden anárquico” ya que “cada quien se iría por su lado”.
Pero algo sucedió la mañana de este viernes 22 de enero en Palacio Nacional, y López Obrador tuvo que recular.
“No quiero que se mal interprete de que hay empresas que quieren compran vacunas y no se les permite porque el gobierno ejerce un monopolio de la aplicación de la vacuna; lo mismo en el caso de los gobiernos estatales, quieren adquirir vacunas, están en libertad de hacerlo; no quiero que se preste a la politiquería, esto es un asunto muy serio.