El Banco de México intenta evitar el descalabro de la segunda economía latinoamericana. En una serie de medidas sin precedentes, el banco central ha anunciado este martes la inyección de 750.000 millones de pesos, unos 30.000 millones de dólares al cambio de hoy, que suponen un 3,3% del PIB.
El objetivo principal de esta operación de salvamento es facilitar el acceso a crédito de las pequeñas y medianas empresas, en peligro de quiebra por la suspensión de actividades provocada por el coronavirus.
Se trata de una facultad, la de prestamista de último recurso, que la institución no había utilizado hasta ahora, según los analistas consultados.
De esta forma, el banco central pretende dar aire a millones de empresarios ante el pasmo de la Secretaría de Hacienda, que no ha presentado un plan de emergencia contundente para la crisis económica que se avecina.