Al barco, propiedad de la empresa Grupo Mexicano, que lleva hundiéndose un año en la Bahía de Puerto Marques, en Acapulco, Guerrero, se le comenzó a fugar el diesel que tenía almacenado.
Debido a que en estos momentos hay mar de fondo la mancha negra alcanzó la orilla de la playa por lo que diversas organizaciones ambientalistas denunciaron este hecho ante la Procuraduría del Medio Ambiente (Profepa).
También informaron de este hecho al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, pero ni éste ni la Profepa han hecho caso a los llamados de alerta por el ecocidio que genera dicho grupo empresarial no sólo en esta ocasión, sino desde hace varios años que, al construir un muelle, desvió el curso de las olas y éstas terminaron derrumbando decenas de negocios, sustento de las familias del lugar.
“No tenemos ya ninguna duda de que la Profepa solapa y es cómplice de este tipo de acciones que atentan contra la naturaleza”, sentenció Beto Palma, uno de los principales dirigentes de los habitantes de Puerto Marques y líder de la Unión de Restauranteros III Bloque de este puerto de Acapulco.
