El Consejo de Derechos Humanos reconoció hoy por primera vez, en su resolución 48/13, que tener un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano. El Consejo instó a los Estados a trabajar juntos, y con otros socios, para implementar este derecho recientemente reconocido.
“La acción decisiva del Consejo de Derechos Humanos para reconocer el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible tiene que ver con la protección de las personas y el planeta: el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos.
“Ahora se requieren acciones audaces para garantizar que esta resolución sobre el derecho a un medio ambiente sano sirva como catalizador para impulsar políticas económicas, sociales y ambientales transformadoras que protejan a las personas y a la naturaleza”, agregó.
Al comienzo del actual período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, la Alta Comisionada describió las triples amenazas planetarias del cambio climático, la contaminación y la pérdida de la naturaleza como el mayor desafío de derechos humanos de nuestra era.
La resolución sobre un medio ambiente saludable reconoce el daño infligido por el cambio climático y la destrucción del medio ambiente a millones de personas en todo el mundo. También subraya que los segmentos de la población en mayor situación de vulnerabilidad se ven afectados de manera más aguda. Esta cuestión pasará ahora a la Asamblea General de las Naciones Unidas para su posterior consideración.
Bachelet rindió homenaje a los esfuerzos de una diversa gama de organizaciones de la sociedad civil, incluidos grupos de jóvenes, instituciones nacionales de derechos humanos, organizaciones de pueblos indígenas, empresas y muchos otros grupos en todo el mundo que han abogado por el pleno reconocimiento internacional de este derecho.
“Debemos aprovechar este impulso para ir más allá de la falsa separación entre la acción ambiental y la protección de los derechos humanos. Está muy claro que ninguno de los objetivos puede lograrse sin el otro y, para ello, debe garantizarse un enfoque del desarrollo sostenible que sea equilibrado y basado en los derechos humanos”, dijo.