La captura de Rafael Caro Quintero, un generador de violencia, es importante, pero “debemos ir más allá y profundizar la aplicación de los programas sociales en la zona de mayor incidencia delictiva” e intensificar el trabajo de debilitamiento financiero de las células criminales, dijo el senador Ricardo Monreal Ávila.
El coordinador parlamentario de Morena agregó que también es necesario fortalecer a la Guardia Nacional y apoyar a los jóvenes, para que cuenten con las oportunidades suficientes que los alejen del camino que cada “jefe de jefes” tuvo que seguir.
El artículo 76 constitucional establece que la revisión de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública es una facultad exclusiva del Senado de la República, “y por ello actuaremos con responsabilidad, sin dejar de reconocer que la pacificación del país es uno de los grandes temas pendientes”.
En un artículo que publicó en su página oficial, el legislador mencionó que esta detención no provocó enfrentamientos violentos, pero perdieron la vida 14 marinos que tripulaban un helicóptero, cuyo desplome debe ser investigado a profundidad.
“La captura se trata de un logro importante, pero no se entiende como un fin en sí mismo, sino como parte de un proceso y de una ruta de acción mucho más amplia”, expresó.
También recordó que hace 16 años inició en México la denominada guerra contra el narcotráfico:
“La estrategia, por ser incompleta, me parecía errónea, pues siempre he creído que el uso de la fuerza, las acciones preventivas y las labores de inteligencia se tienen que complementar con políticas que fortalezcan la base social en las zonas más vulnerables y propensas a la violencia”.
Sin duda, la captura de Caro Quintero es importante, pero para frenar la violencia y evitar que la juventud siga los pasos de los capos se deben reforzar las acciones de inteligencia, los programas sociales y a la Guardia Nacional.
Vía @El_Universal_Mx.https://t.co/R4uUFKk6Jq— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) July 18, 2022
El senador refirió que la estrategia conocida como “Kingpin”, que consiste en destinar una vasta cantidad de recursos a la eliminación de jefes criminales, fue implementada en México desde la década de los noventas hasta hace muy poco.
Por eso, el plan de pacificación consistía en perseguir y eliminar personas, y no en entender de qué manera se podría prevenir el crimen cometido o atender sus causas.
“Las consecuencias son hoy visibles, pues los grupos criminales se fragmentaron y la violencia se disparó”.
Ello, explicó Ricardo Monreal en el artículo, porque la estrategia se basa en la idea de que las organizaciones delincuenciales son verticales y que, por eso, al dejarlas sin quienes las encabezan, éstas se debilitan a tal grado que su reintegración resulta imposible y provoca que la oferta de drogas ilícitas disminuya.
Pero desde su concepción, este plan, que se implementó desde hace décadas, tenía debilidades evidentes, pues los grupos criminales mostraron un gran dinamismo y, en la práctica, no eran tan verticales; además, una vez capturados o eliminados los jefes, la oferta de la droga tendía a incrementarse.
Rafael Caro Quintero, junto con Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo, fundó el Cártel de Guadalajara, del que se desprendieron un número importante de los cárteles actuales.