El gobierno de México no quiere que mexicanos afiliados al IMSS y que tengan fiebre y dificultad para respirar no deberán salir a la calle a buscar médicos y hospitales para ser atenididos.
A cambio, recibirán una incapacidad de hasta 14 días y serán cuidados por sus propios familiares, y si en ese lapso, el enfermo no se recupera, entonces sí deberá ir a los nosocomios.