El pasado 19 de junio, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, se adoptó por consenso el “acuerdo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional”, conocido como el “Tratado o Instrumento BBNJ” o el “Tratado de Alta Mar”.
La negociación y adopción del Instrumento BBNJ fue el resultado de más de veinte años de trabajo, que representan una ocasión histórica, impulsada por la comunidad internacional. Con ello, se busca lograr una gobernanza oceánica global, fortaleciendo los esquemas de multilateralismo para la cooperación y coordinación internacionales, de acuerdo con el principio del patrimonio común de la humanidad.
El consultor jurídico de la SRE, Alejandro Celorio Alcántara, puntualizó que “en estos tiempos de crisis climática, el mundo sigue apostando por el multilateralismo y el derecho internacional”. Conforme al principio de patrimonio común de la humanidad que rige a los océanos, “es responsabilidad de toda la comunidad internacional protegerlos”. Asimismo, aseguró que el BBNJ “es uno de los principales legados que heredamos a las generaciones presentes y futuras”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores celebra la participación destacada de la delegación mexicana en este procedimiento. Reconociendo la importancia de la biodiversidad marina en alta mar y en la zona, que ocupan el 95% de los océanos, la delegación mexicana se hizo presente en las diversas etapas del proceso, desde la cofacilitación de la Resolución 72/294 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. México participó en las negociaciones y en los trabajos intersesionales, resaltando su liderazgo en el Grupo de Posicionamiento Común de Estados Afines Latinoamericanos (CLAM). En la recta final, México lideró el Grupo Informal de Trabajo, encargado de realizar las revisiones editoriales del Instrumento BBNJ.
Tras la histórica adopción del Tratado por consenso, éste se abrirá a firma de septiembre de 2023 a septiembre de 2025. Se han hecho llamados a los Estados y organizaciones regionales de integración económica a firmar y ratificar el Instrumento, a fin de favorecer su pronta entrada en vigor.
