Rodolfo Montes
Todo comenzó un 11 de diciembre de 2006 en el salón Venustiano Carranza de la residencia oficial de Los Pinos. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa llevaba tan sólo 10 días como presidente de México.
Envalentonado, tensión en su rostro y con la ceja izquierda arqueada, propio de un hombre malhumorado, Felipe Calderón decidió declarar la guerra a los cárteles del narcotráfico mexicano.
Ese día lo flanqueaban los secretarios de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, el de Marina Armada de México, Mariano Francisco Saynez Mendoza, y el de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Su discurso fue duro como la piedra, propio de un maestro de la guerra entregado en cuerpo y alma a combatir el mal que, según él, había sido engendrado por los cárteles mexicanos del narcotráfico.
Fue así como miles de soldados y marinos arriaron banderas, dejaron sus cuarteles y sus bases navales para involucrarse en una guerra sin fin.
El espectáculo sigue siendo aterrador hasta nuestros días. Las estructuras criminales han incrementado su poder de fuego y están en pleno apogeo. El derramamiento de sangre es incontenible en los campos de batalla.
Pero detrás del telón de estos tiempos de guerra, nada se sabe de las sumas millonarias que el gobierno calderonista confiscó en efectivo a los cárteles de las drogas.
Se trata de millones de euros, de millones de dólares canadienses y estadounidenses, de millones de pesos filipinos, colombianos y mexicanos, de miles de libras esterlinas…
Durante catorce años (2006-2020), esta investigación periodística ha seguido la huella a ese botín de guerra que, tantas veces su gobierno asestaba golpes al crimen organizado, cual gran héroe militar, Felipe Calderón propalaba a los cuatro vientos.
Pero conforme fue transcurriendo su sexenio, esos montos millonarios fueron guardados en los cajones de la opacidad y de la corrupción, haciendo efectiva la frase popular “ladrón que roba a ladrón…”
Y es que el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación que encabeza el presidente de México Andrés Manuel López Obrador reporta haber encontrado cantidades muy inferiores a las presumidas y documentadas por Calderón en cuanto a dinero en efectivo decomisado a las estructuras criminales durante los seis años de su administración.
Tanto es así que el mismo Obrador puso en duda lo que siempre ha sostenido Calderón del dinero decomisado al chino Zhenli Ye Gon.
Fue el 18 de julio de 2019, durante su conferencia mañanera realizada en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, cuando Orador ordenó realizar una investigación “hasta donde se pueda para saber dónde quedó el dinero” del chino.
“Se acuerdan cuando detuvieron al ciudadano chino mexicano; bueno, cómo nos tuvieron, como una semana con eso, o quince días ¿Se acuerdan?: imágenes y las estibas de dólares; no sé, 200, 300 millones de dólares en una casa, en Las Lomas; sería buenísimo ese reportaje”, recordó.
Y agregó: “Lo que menos se sabe, es dónde quedó el dinero. Yo acabo de mandar, ordené que me hicieran una investigación hasta donde se pueda para saber dónde quedó el dinero, porque imagínense que el presidente de México no sepa dónde quedó el dinero, por eso acabo de ordenar hacer esa investigación porque eso es nota, eh, ¿o no hay nota?”
En la misma conferencia mañanera de ese jueves 18 de julio, un reportero le hizo ver a Obrador que el mismo Calderón, en abril de 2007, informó que el dinero del chino fue para los Centros Nacionales Nueva Vida.
El presidente, respondió: “Pues yo estoy recorriendo el país y no veo que haya nada”.
Ese mismo día 18 de julio, a las 13:33 horas, sin presentar ninguna prueba, el expresidente de México, Felipe Calderón publicó un mensaje en su cuenta de twitter: “El dinero decomisado a Ye Gon se destinó a la construcción de 335 centros ‘Nueva Vida’ de Prevención y Tratamiento de Adicciones (…) Entiendo que dijo (AMLO) que nunca se había hecho nada al respecto pero, afortunadamente, hay otros datos”.
Pero documentos oficiales echan por la borda la afirmación del ex presidente de México y todo apunta a que se trató de una simulación la construcción de dichos centros.
Y es que no se tiene registro alguno de fechas exactas en que se construyeron esos centros nacionales nueva vida para prevenir las adicciones.
Tampoco se tiene la ubicación precisa de cada uno de esos inmuebles, ni el costo total por la construcción ni el número de construcciones, mucho menos el nombre de las empresas que habrían participado en esas construcciones ni el cobro que hicieron éstas, si fue por licitación o adjudicación directa.
Varias fueron las áreas y direcciones de la secretaría de Salud del gobierno de la Cuarta Transformación que hurgaron en sus archivos; fue una búsqueda exhaustiva y pormenorizada en cada base de datos. Ninguna localizó información que diera validez a los dichos de Calderón.
En su momento, las propias dependencias gubernamentales durante el sexenio de Calderón tampoco pudieron soportar lo declarado una y otra vez por el titular del Ejecutivo Federal.
En ese entonces, estas fueron las respuestas oficiales: “El número de documentos encontrados es igual a cero”; “no se encontró ningún documento relacionado con lo que se requiere”; no se cuenta con ninguna asignación para prevención y tratamiento de adicciones en ninguna partida ni se ha recibido recurso alguno”.
Esas fueron las respuestas provenientes tanto de la secretaría de Salud, como de la Procuraduría General de la República, de la secretaría de Hacienda y Crédito Público, del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) –a cargo de Margarita Zavala–, del Consejo Nacional contra las Adicciones, y de la propia Presidencia de la República,
De esta manera quedaría al descubierto el manejo turbio de los 206 millones de dólares que se le confiscaron a Zhenli Ye Gon.
Pero hay más, mucho más dinero en efectivo arrebatado a los cárteles de las drogas mexicanos durante el sexenio de Calderón y que hasta ahora se desconoce su paradero.
El día 1 de diciembre de 2010, en el Centro de Exposiciones Banamex y en el marco de los llamados Diálogos con motivo del Cuarto Año de su gobierno, Calderón utilizó gráficas y estadísticas proyectadas en una pantalla gigante.
En ese entonces ante el Gabinete Legal y Ampliado, y frente a grupos de empresarios, Calderón, manifestó: “Déjenme darles visiblemente algunos resultados que hemos obtenido, comparados con otras administraciones, en lo que se ha logrado por las Fuerzas Armadas y la Policía Federal”.
Primero refirió la cifra de 407 millones de pesos que logró decomisar el sexenio de Vicente Fox al crimen organizado y de inmediato soltó la cifra alcanzada en cuatro años de su mandato presidencial: “hemos decomisado hasta ahora cinco mil 500 millones de pesos a los criminales”. Pero nadie, hasta le fecha, sabe el destino final de ese dinero incautado al crimen organizado.
En los siguientes párrafos se describe cómo el gobierno de Calderón ocultó el destino final de millones de dólares y millones de pesos y hasta euros, así como moneda de otras nacionalidades que confiscó en efectivo al crimen organizado y que, con base en lo dispuesto por el artículo 182-R del Código Penal Federal, debió repartirse en tres partes iguales –PGR, Poder Judicial de la Federación y secretaría de Salud–, como se supone debió suceder con los 205 millones de dólares asegurados a Zhenli Ye Gon.
Ya sin contabilizar el decomiso de esos 205 millones de dólares al ciudadano chino, existen expedientes de la propia Presidencial de la República, respecto del dinero en efectivo decomisado al crimen organizado cuando Calderón ocupaba la silla presidencial.
Bajo el rubro “Combate a las organizaciones delictivas”, la Presidencia refirió que “durante el periodo de septiembre de 2007 a junio de 2008, la PGR realizó importantes acciones para combatir el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), como las siguientes:
“Se logró el decomiso de 47.6 millones de dólares americanos, 23 millones de pesos mexicanos, más de un millón de euros, 41 millones 45 mil dólares canadienses, mil 225 libras esterlinas, 136 mil yenes japoneses, 79 mil 400 francos suizos, 885 dirhams de los Emiratos Árabes Unidos, y 122 millones 600 mil pesos colombianos”
Con base en el documento del Tercer Informe de Gobierno de Felipe Calderón, se proporcionaron cifras de nuevos decomisos de dinero en efectivo a las estructuras criminales.
Justo en el apartado Estado de Derecho y Seguridad, de dicho informe, página 40, y bajo el título “Combate a las operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero) se ha fortalecido ya que, en el periodo de septiembre de 2008 a junio de 2009, se alcanzaron los siguientes resultados:
“Se logró el decomiso de 2 millones 949 mil 872 dólares americanos, 4 millones 28 mil 612 pesos mexicanos y 76 mil pesos colombianos. Además, en el mismo periodo se aseguraron otros 56 millones 721 mil 396 dólares americanos; 11 millones 529 mil 772 moneda nacional; 69 mil 726 Euros y 62 mil 200 pesos filipinos”, se indica en dicho documento del Tercer Informe de Gobierno de Felipe Calderón.
Según Calderón, todo ese dinero habría sido destinado para el tratamiento de adictos a las drogas.
Con esa información este reportero realizó un serial de preguntas similares a todas las instancias del gobierno federal involucradas en la prevención de las adicciones.
Por ejemplo, el 17 de agosto de 2009, la secretaría de Salud, respondió a este reportero que no contaba con información para determinar el destino de esos recursos.
El 21 de agosto del mismo año, respondería prácticamente del mismo modo la Subsecretaría de Administración y Finanzas de la misma dependencia federal:
“En lo que respecta a las cantidades que se han utilizado de esos presupuestos para la construcción y operaciones de los Centros Nueva Vida, no contamos con esa información”.
En el DIF, a cargo de Margarita Zavala, y a pesar de ser la instancia en donde se trazó, diseñó y se montó la estrategia contra las adicciones durante el sexenio de Calderón, la respuesta fue similar a la de las áreas de la secretaría de Salud, declarando “formalmente inexistente la información”.
Tampoco atinó a precisar los nombres de funcionarios que supuestamente habrían participado en transferencias bancarias del dinero del narcotráfico a dicho programa para prevenir las adicciones en la juventud mexicana, ni qué áreas del gobierno federal y a qué áreas e instituciones fue destinado ese dinero maldito.
Pese a impugnar cada una de las respuestas del gobierno de Calderón, la reacción fue la misma, haciendo énfasis en desconocer alguna partida o recurso proveniente de lo asegurado en efectivo a los cárteles de las drogas. Nadie, pues, admitió recibir recurso alguno.
Sin embargo, en ese año de 2009, la secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, proporcionó pistas del destino de esos millonarios recursos.
Así respondió: “Me permito comentarle que los recursos obtenidos por los decomisos son entregados en partes iguales, al Poder Judicial de la Federación, a la Procuraduría General de la República y a la secretaría de Salud, según lo establece el artículo 182-R del Código Federal de Procedimientos Penales”.
Pero de inmediato cubrió la información con un manto de oscuridad: “se desconoce la cantidad que se ha dispuesto para programas en específico, así como los cargos que desempeñan los funcionarios que manejan los fondos”.
No obstante, con base en esa información, podría desprenderse que Eduardo Medina Mora habría recibido dinero del narcotráfico cuando se desempeñaba como Procurador General de la República en tiempos del calderonato.
El jueves 3 de octubre de 2019, Medina Mora tuvo que renunciar a su cargo como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego de que se diera a conocer que el Servicio de Administración Tributaria investigaba sus cuentas bancarias por supuestas transferencias millonarias desde México a Inglaterra y Estados Unidos. Se trata de al menos dos millones 383 mil libras esterlinas.
Llegado el Cuarto Informe de Gobierno, Calderón pronunció una cifra estratosférica: “Hemos decomisado hasta ahora, casi 5 mil 500 millones de pesos a los criminales”.
Fue en el Centro de Exposiciones Banamex ubicado en la Ciudad de México, en donde Calderón presumió esa cifra ante el Gabinete Legal y Ampliado.
Lo hizo con gráficas y estadísticas que se proyectaron en una pantalla gigante, pero no hizo más precisión ni dio detalle del destino de ese dinero.
Ya en la recta final de su sexenio, Calderón no volvió a mencionar más cifras de dinero en efectivo confiscado al narcotráfico. Pero la prensa mexicana no dejó de consignar en sus noticias, operativos militares y de la policía federal en contra de los cárteles de las drogas y, sobre todo, de cuantiosas sumas de dinero nacional y extranjero que les aseguraban.
De hecho, el gobierno de la 4T ya ha localizado cómo fue repartido ese botín de guerra; sin embargo, la cifra es infinitamente inferior a lo reportado por el sexenio de Calderón.
Entre el 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012 detectó que en las arcas del Gobierno Federal se localizaron 56 millones 599 mil 875 pesos con 91 centavos, así como 244 millones 938 mil 25 dólares y 201 mil 460 euros.
Dichos montos fueron distribuidos de manera tripartita: a la PGR, secretaría de Salud y al Poder Judicial de la Federación.
Pero hay más, mucho más de ese botín de guerra. Tanto es así que la Fiscalía General de la República ya está en contacto con diversos Juzgados en donde estarían en litigio millones de dólares y de pesos mexicanos que en su momento pertenecieron al crimen organizado.