Rodolfo Montes
El Almirante Rafael Ojeda Durán tenía el control absoluto de la administración de los puertos y las aduanas marítimas de México, cuando fue secretario de Marina durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por eso resulta difícil creer que no sabía que su sobrino político, Manuel Roberto Farías Laguna, vicealmirante de la Armada de México pertenecía a una red criminal dedicada al contrabando de hidrocarburos.
Hasta que la justicia lo encontró como uno de los principales responsables de traficar 10 millones de litros de diésel a través del Buque Challenge Procyan, detectado en marzo de 2025 en el Puerto de Tampico, Tamaulipas.
Pero el tío político del huachicolero, el Almirante Rafael Ojeda, ha sido eximido de toda responsabilidad en esta trama en la que se entrelaza la colusión de altos funcionarios con el crimen organizado.
En conferencia de prensa ofrecida ayer domingo 7 de septiembre, los encargados de cuidar del Almirante Ojeda, fueron el actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch quien no dudo en respaldarlo al asegurar que durante el sexenio lópez obradorista, destacó por su “extraordinario trabajo”.
El otro, el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero aseguró que fue el mismo Rafael Ojeda el que, hace aproximadamente dos años -2023-, se le acercó: “Él nos pidió que investigáramos a todas las personas que dentro de la Armada de México podían estar vinculadas con esos delitos, no nos señaló si eran parientes o no eran parientes, pero no hizo ninguna distinción ni género ninguna protección en favor de nadie”.
Y que ahora, a la distancia de dos años, dicha indagatoria derivó en la reciente captura de 14 personas, entre ellas el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino del propio exsecretario de Estado.
Adelantó, sin mencionar nombres, que hay más órdenes de aprehensión por cumplimentar, dejando en el aire sobre la posiblidad de que entre esas órdenes de captura pueda estar el nombre de otro de los sobrinos del exsecretario Rafael Durán, el contraalmirante Fernando Farías Laguna.
Resulta por demás interesante el hecho de que el actual secretario de Marina, el Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, no haya salido en defensa de su antecesor, aunque fue firme en su posición: “No podemos ser tibios en este tipo de actos. El gobierno federal mantiene una política de cero tolerancia a la corrupción. Se defiende el prestigio de nuestra institución toda vez que se actúa de manera contundente contra unos cuantos, los cuales no representan una marina que ha hablado por su honor por más de 200 años. En la Marina, la ley es para todos. Estos golpes de timón son necesarios para defender nuestro compromiso con la sociedad, la transparencia y el Estado mexicano”, señaló.




