El 8 de junio fue establecido como el Día Mundial de los Océanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en 2008, con el objetivo de concientizar sobre el papel vital de los mares en la regulación climática, la producción de oxígeno y la seguridad alimentaria; además de fomentar la acción colectiva contra amenazas como el cambio climático, la contaminación plástica, la sobrepesca y la acidificación, fenómenos que ponen en riesgo la existencia de ecosistemas emblemáticos y diversos, entre ellos los arrecifes de coral.
El Informe especial sobre el océano y la criósfera en un clima cambiante, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, muestra que los mares sustentan las economías y los medios de vida locales.
“Cerca del 28 % de la población mundial vive en regiones costeras y más de 2 mil millones de personas dependen directa o indirectamente de los ecosistemas marinos y proporcionan unos 170 millones de toneladas de mariscos al año, lo que representa cerca del 15 % de todas las proteínas consumidas por los humanos” (The-Sustainable-Development-Goals-Report-2023_Spanish.pdf).
Los océanos cubren el 70 % de la superficie del planeta y albergan un segmento esencial de la biodiversidad mundial, gran parte de la cual aún está por descubrirse. Sin embargo, en el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (2023) se menciona que: “El océano está en estado de emergencia, ya que el aumento de la eutrofización (exceso de nutrientes, lo que causa un crecimiento desmedido de algas y plantas acuáticas), la acidificación, el calentamiento de los océanos y la contaminación por plásticos deterioran su salud. Asimismo, persiste la alarmante tendencia a la pesca excesiva, que ha generado el agotamiento de más de un tercio de la población de peces en todo el mundo”.